Las cajas fuertes han evolucionado muchísimo durante las últimas décadas. Los avances tecnológicos, unido a la profesionalización del robo, han motivado el desarrollo de nuevos tipos de cajas de seguridad que aporten las soluciones pertinentes para toda clase de necesidades. Así, en la actualidad contamos con una enorme variedad de tipos de cajas fuertes. Ninguna, por sí misma, resulta más recomendable que las demás, sino que dependerá siempre de las circunstancias que rodean a la necesidad de una caja fuerte. Las soluciones definitivas no existen.

 

Cajas fuertes de seguridad

Todas las cajas fuertes de seguridad tienen un objetivo en común: salvaguardar contenido valioso. Pero, aunque tengan el mismo objetivo, no todas comparten los mismos métodos. En ese sentido, los distintos tipos de cajas de seguridad utilizan estrategias diferentes para proteger dicho contenido. Algunas, como las cajas fuertes más convencionales, utilizan sistemas de apertura por llave, mientras que otras, más modernas, utilizan los sistemas de combinación, mucho más cómodos. Sin embargo, repetimos, la elección depende siempre de las necesidades.

 

Tipos de cajas fuertes para casa

En los últimos años, desde que estallara la crisis económica mundial en 2008, que tuvo especial incidencia en la sociedad española, la adquisición de cajas fuertes para los hogares se ha disparado. Hoy, son más personas que nunca las que poseen algún tipo de caja fuerte para casa que les proporciona la seguridad necesaria. También hay más personas que nunca planteándose hacer lo propio, pero con ciertos problemas a la hora de seleccionar entre todas las variedades posibles. Al fin y al cabo, son demasiadas variedades, demasiadas marcas y modelos.

A continuación, vamos a hablaros de tres tipos de cajas fuertes de seguridad que consideramos especialmente recomendables para los hogares por las funcionalidades que ofrecen. Esto no significa que, en algunos casos, las otras variedades no puedan ser más adecuadas. El asesoramiento especializado siempre es imprescindible. Pero, en líneas generales, estas tres variedades pueden ser de grandísima utilidad a la hora de proteger contenido de gran valor en el interior de los hogares. Vamos con ellas.

 

Caja fuerte camuflada

Las cajas fuertes camufladas son una de las variedades más extendidas en los hogares. Y es que, además de las seguridades que puedan proporcionar sus materiales o sus sistemas de apertura, estas cajas fuertes guardan un as en la manga: son escondidas en determinados espacios de la vivienda para aportar una protección adicional. Así, pueden esconderse en las paredes, pasando a conocerse como cajas fuertes empotradas, detrás de un cuadro o de un espejo. También bajo el suelo, con una alfombra cubriendo esa misma zona. E incluso en los muebles.

 

Caja fuerte ignífuga

Los ladrones y asaltantes no son los únicos peligros existentes para la seguridad de nuestros hogares. También lo son, y mucho más frecuentemente de lo que nos gustaría, los incendios. En ese sentido, el contenido guardado en una caja fuerte convencional corre tanto peligro como cualquier otro contenido expuesto en la vivienda, dado que no están preparadas para soportar altas temperaturas. La caja ignífuga soluciona ese problema. Está diseñada para soportar esas temperaturas durante bastante más tiempo que las cajas fuertes convencionales.

 

Caja fuerte electrónica

Por último, hablaremos de las cajas fuertes electrónicas. Su sistema es trasversal a otros modelos de cajas de seguridad. Es decir, que podemos encontrar cajas fuertes electrónicas camufladas, cajas fuertes electrónicas de sobremesa o cajas fuertes electrónicas ignífugas, del mismo modo que podemos encontrarlas con sistemas para la apertura mecánicos. ¿Sus ventajas? Obvias: permiten la apertura y el cierre de la caja fuerte mediante un panel electrónico. De esta manera, podemos desprendernos de llaves. Pero también de la obligación de tener que mover la clásica ruleta de combinación de los sistemas mecánicos. La vanguardia tecnológica de la seguridad.