En la actualidad, existe una variedad enorme de cajas fuertes. Encontramos las cajas fuertes de sobremesa, las cajas fuertes decorativas, las cajas fuertes ignífugas, las cajas fuertes de alta seguridad, las cajas fuertes de llave, las cajas fuertes de combinación, las cajas fuertes para hoteles… Muchos de estos tipos incluso se combinan, de modo que crean cajas fuertes híbridas. La elección de una clase u otra dependerá, en última instancia, de cuáles sean las necesidades de cada caso. Pero algo es seguro: las cajas fuertes camufladas son una excelente opción.

 

Cajas fuertes camufladas

¿Pero en qué consisten las cajas fuertes camufladas? Se trata de cajas fuertes destinadas a camuflarse en algún lugar del entorno, dificultando enormemente su detección. De esta manera, la seguridad que proporcionan crece respecto a las cajas fuertes de sobremesa, fácilmente visible por los potenciales ladrones. De ahí que su empleo sea cada vez mayor. Después de todo, ¿quién no quiere que la caja fuerte que protege sus artículos más preciados esté escondida? ¿Quién no desea ese extra de protección?

El único hándicap de las cajas fuertes camufladas es que necesitan una pequeña obra para ser instaladas. Quizá para ser camufladas en la pared, para ser camufladas en el suelo y, en muchos casos, para ser camufladas en los muebles. Sin embargo, es una pequeña inversión de tiempo, dinero y esfuerzo que sin duda merece la pena. Eso sí, requiere cierta creatividad y pensamiento crítico. Al fin y al cabo, los ladrones siempre buscan los rincones y espacios más escondidos, sabedores de que es ahí donde solemos esconder los objetos de valor.

 

Cajas fuertes camufladas caseras

Las cajas fuertes camufladas caseras no son cajas fuertes hechas con cartón y plastilina. Llamamos así a todas las cajas fuertes camufladas que han sido instaladas en una casa y no en un entorno comercial. Por desgracia, los hogares son los espacios más susceptibles de experimentar los ataques de los ladrones, con lo cual requieren un extra de ingenio a la hora de encontrar el lugar perfecto para instalarlas. Sin embargo, ninguna caja camuflada resulta 100% indetectable. Lo importante es su calidad para proteger su interior aunque los ladrones la localicen.

 

Caja fuerte camuflada en la pared

Una de las opciones más recurrentes. La caja fuerte camuflada en la pared ofrece diversas ventajas. En primer lugar, su comodidad de manipulación, ya que no tenemos que agacharnos ni hacer piruetas en el interior de un mueble. Y, en segundo lugar, las posibilidades de escondite. Después de todo, en la pared solemos colgar muchos objetos diferentes, como cuadros, espejos, percheros y objetos decorativos. Cualquiera de ellos podría servirnos como elemento de camuflaje. Incluso existen las cajas de seguridad tipo enchufe para estos pequeños espacios.

 

Caja fuerte camuflada en el suelo

El suelo es otro de los rincones favoritos de quienes instalan cajas fuertes camufladas. Esta opción proporciona una ventaja muy diferente. Y es que, aunque resulten más incómodas de manipular por sus dueños, también son más difíciles de detectar. Especialmente cuando se sitúan bajo alfombras, bajo muebles muy pesados o, a veces, en zonas claramente visibles para desafiar la tendencia habitual de los ladrones de buscar en lugares recónditos. Sea como sea, las cajas fuertes camufladas en el suelo son una alternativa muy recomendable.

 

Cajas fuertes camufladas en muebles

Por último, encontramos las cajas fuertes camufladas en muebles. Lo beneficioso aquí es que, por lo general, las casas disponen de una enorme cantidad y variedad de muebles. La elección de uno u otro, dependerá en cada caso del criterio personal, pero también de la resistencia de los mismos. Después de todo, el mueble debe ser lo suficientemente fuerte para no aparentar manipulación tras haber instalado la caja en su interior. Una vez más, conviene evitar clichés como las cajoneras de los armarios. Los ladrones se las saben todas.