En STG Seguridad hablamos mucho acerca de los diferentes tipos de cajas fuertes de seguridad que existen. Sin embargo, en la seguridad física intervienen muchos otros elementos indispensables. Como por ejemplo las puertas de seguridad. Estas, junto con las cerraduras que les acompañan, son imprescindibles para que disfrutemos de una verdadera protección en nuestros espacios. En el artículo de hoy vamos a explicar todo acerca de una variedad de puerta cada vez más utilizada: las puertas de acceso controlado.
Qué es control de acceso
Las propias palabras que conforman este concepto parecen explicárnoslo todo acerca de él. Al fin y al cabo, lo que es el control de acceso es precisamente eso: control de acceso de las personas o grupos de personas a zonas restringidas de una organización. Siendo aún más específicos, se trata de un sistema automatizado y programado en función de determinados parámetros de seguridad. Estos son fijados por responsables de la organización de acuerdo con la política interna de seguridad. Y pueden ser de muchos tipos diferentes.
Además, el control de acceso para puertas de cristal u otro tipo de puertas también permite en muchos de los casos una monitorización de los movimientos de los individuos. Eso permite a las empresas disponer de información acerca de las entradas y salidas de sus tranajadores. Por tanto, vemos que el control de acceso es una herramienta muy valiosa para las organizaciones. Después de todo, no solo la protege frente a todos los acceso no autorizados, sino que además les permite controlar aspectos claves de su productividad.
Sistema de control de acceso
Ya hemos visto qué es control de acceso, ¿pero qué es un sistema de control de acceso? Pues el mecanismo que permite acceder a determinadas zonas restringidas a través de métodos de identificación establecidos. Estos métodos suelen dividirse en dos grandes grupos: los sistemas de control de acceso autónomos y los sistemas de control de acceso en red. Cada organización puede sacar mayor ventaja de uno u otro dadas las características intrínsecas de la misma. A continuación te explicamos en qué consiste cada uno de ellos.
En ese sentido, los sistemas de control de acceso autónomos son aquellos que permiten controlar puertas sin necesidades de estar conectados a un sistema central. Aquí lo importante es tener en cuenta que, al no encontrarse conectados a ningún sistema de almacenamiento de información, no guardan ningún registro. Esto sí ocurre con los sistemas de control de acceso en red. En dichos sistemas las puertas se encuentran ya conectadas a un sistema central remoto. Son sistemas más avanzados para organizaciones más complejas.
Puertas acceso biométrico
Las puertas de acceso controlado nos proporcionan por tanto una enorme comodidad en la gestión de las zonas restringidas. Pero, como apuntábamos antes, no todas las puertas de acceso controlado disponen de las mismas medidas de identificación necesarias para su apertura. En ese sentido, nos encontramos con una enorme variedad de alternativas. Desde las clásicas identificaciones por chip electromagnético en tarjetas a los modernos mecanismos biométricos. Son estos últimos los llamados a dominar en los próximos años.
¿La razón? Son dos en realidad. Por un lado, su gran fiabilidad. Cualquiera puede hacerse con una tarjeta de algún individuo autorizado y superar el control de acceso, pero es mucho más complicado robar datos como los datos biométricos. En ese sentido, las puertas de acceso biométrico están conquistando poco a poco las organizaciones. Son cada vez más empresas e instituciones públicas las que las utilizan para permitir o negar el acceso a determinos espacios internos. Mucho más seguro que una simple cerradura antibumping.